1. INTRODUCCIÓN
Las nuevas tecnologías han supuesto un paso adelante gigantesco en la
mejora del acceso a la información, en el aumento de las relaciones
interpersonales, en la multiplicación de canales para disfrutar de productos y
servicios, etc. Así, en los últimos años se pueden hacer con más facilidad
compras a través de la Red, se puede recuperar el contacto con antiguos amigos
del colegio o se puede jugar una partida de póker con una persona que está en
Canadá.
Pero al igual que ocurre en otros ámbitos de la vida, Internet hay que
saber cómo utilizarlo porque su mal uso puede provocar situaciones de riesgo
tanto para adultos como para menores. En este último caso, de forma más
dolorosa por tratarse de personas que, en la mayoría de las ocasiones, aún no
tienen las armas psicológicas, los conocimientos suficientes o los recursos
necesarios para defenderse y actuar ante una situación comprometida.
En el caso del acoso sexual a menores por parte de adultos, o grooming, la
llegada de los menores a Internet y su presencia en programas de mensajería
instantánea, redes sociales, juegos online, etc. ha trasladado el acoso
presencial también a la vida virtual. Por esta razón hay que multiplicar las
precauciones no sólo para que el menor haga un buen uso de la red, sino también
para que aprende a determinar con qué personas tiene que relacionarse a través
de estos medios y cómo no llevar a cabo acciones como concertar citas con
extraños en la vida real o al menos no hacerlo sin la presencia de un adulto.
Así, se hace necesaria la publicación de una guía de primeros auxilios que
ayude a los padres y educadores a conocer qué es el grooming, cómo detectarlo,
cuáles son los pasos para denunciarlo y todos los agentes que están dispuestos
a colaborar para ello. Además es de gran importancia que también conozcan las
formas de prevención y de educación que es imprescindible poner en marcha en el
momento en el que los menores entran en contacto con la tecnología.
Esperamos que esta guía
les sea de ayuda, pero, sobre todo, que no necesiten ponerla en práctica.
2. DEFINICIÓN
El grooming se define como el acoso o acercamiento a un menor ejercido por
un adulto con fines sexuales. Concretamente, se refiere a acciones realizadas
deliberadamente para establecer una relación y un control emocional sobre un
niño o niña con el fin de preparar el terreno para el abuso sexual del menor,
incluyéndose en este desde el contacto físico hasta las relaciones virtuales y
la obtención de pornografía infantil.
Se caracteriza por:
- Inicio de una relación. Hace referencia a la toma de contacto con el
menor de edad para conocer sus gustos, preferencias y crear una relación con el
objeto de alcanzar la confianza del posible afectado.
- Inicio de una supuesta amistad. La fase de formación de una amistad
incluye con frecuencia confesiones personales e íntimas entre el menor y el
acosador. De esta forma se consolida la confianza obtenida del menor y se
profundiza en información sobre su vida, sus gustos y sus costumbres.
- Componente sexual. El objetivo final de este acercamiento es de carácter
sexual. Con frecuencia incluye la descripción de términos específicamente
sexuales y la petición a los menores de su participación en actos de naturaleza
sexual, grabación de imágenes o toma de fotografías. En los casos más extremos
se llega a contactar fuera de Internet en busca de una relación sexual física.
En el grooming se
determinan, además, una serie de fases por las que el adulto consigue hacerse
con la confianza del menor y consumar el abuso:
- Contacto y acercamiento: el acosador contacta con el menor a través de
diferentes servicios como puede ser mensajería instantánea, chat o redes
sociales y habitualmente finge ser otro menor de edad similar, físico que le
pueda resultar atractivo, similitud en sus gustos, etc. Incluso puede llegar a
enviarle imágenes de otro niño que haya conseguido en Internet haciéndose pasar
por este menor. El objetivo es ganarse su confianza poco a poco.
- Sexo virtual: con la amistad conseguida, el acosador puede llegar a
conseguir, que el menor le envíe alguna fotografía comprometida, logrando que
encienda la webcam o que pose desnudo, total o parcialmente.
- Ciberacoso: en el momento en el que posee alguna de estas imágenes o
vídeos, incluso conversaciones que el menor puede considerar comprometidas, si
el menor no accede a sus pretensiones, el acosador le amenaza con difundir esta
información a través de diferentes medios (plataformas de intercambio de
vídeos, redes sociales, etc.) y/o enviarla a los contactos personales del
menor.
- Abuso y agresiones
sexuales: ante las amenazas del acosador el menor accede a
sus exigencias, pudiendo
llegar a contactar físicamente y mantener relaciones.
3. CÓMO SE MANIFIESTA
En la mayoría de los casos, el menor no informa a sus padres o educadores
de que está sufriendo una situación de estas características. Por ello, se hace
necesario conocer la forma en que este problema puede ponerse de manifiesto en
el menor, destacando diferentes aspectos.
- Cambios en los hábitos
en relación a diferentes ámbitos:
o En el uso de
dispositivos o de Internet.
o En la asistencia a
clase, por ejemplo ausencias pobremente justificadas.
o Abandono o ausencia en
actividades hasta ese momento preferidas.
o Altibajos en los
tiempos de estudio y en el rendimiento del trabajo escolar.
o Variaciones en las
actividades de ocio habituales.
o Modificación de los
hábitos alimenticios.
o Disminución de la
capacidad de concentración y de su mantenimiento.
o Ocultamiento especial
cuando se comunica por Internet o teléfono móvil.
- Cambios en el estado
de ánimo:
o Cambios de humor.
o Momentos de tristeza,
apatía o indiferencia.
o Inusuales actitudes de
relajación y tensión, incluso de reacción agresiva.
o Explosiones
momentáneas de agresividad.
- Cambios en sus
relaciones:
o Cambios extraños en el
grupo de personas con las que se relaciona y/o
repentina pobreza,
ausencia de amistades y de relaciones sociales.
o Falta de defensa o exagerada reacción ante supuestas bromas u
observaciones públicas. Estos comentarios pueden parecer inocuos a ojos de los
adultos pero contar con otros significados para el menor.
o Miedo u oposición a
salir de casa.
o Excesivas reservas en
la comunicación.
o Cambios en sus grupos
de amigos, en ocasiones cambios radicales.
o Variaciones en la
relación con los adultos, en cuanto a su frecuencia y la
dependencia de ellos.
o Variabilidad de los
grupos y personas que tiene como referentes o modelos a
seguir e imitar.
- Cambios y síntomas
físicos y psicosomáticos:
o Modificaciones en su lenguaje corporal ante la presencia de determinadas
personas: hombros encorvados, cabeza gacha, falta de contacto en los ojos,
rechazo de la presencia pública, etc.
o En la ocupación de espacios escolares: cercanía a adultos, miedo a los
recreos, ocupación de rincones, paredes y espacios protegidos y controlables
visualmente, etc.
o Manifestaciones de
enfermedad o dolencias frecuentes.
o Lesiones físicas
frecuentes sin explicación razonable. También debe
considerarse la pérdida
y/o deterioro de pertenencias físicas.
o Mareos frecuentes con
síntomas no comunes.
o Dolores de cabeza o de
estómago que no ocasionan despertares nocturnos
pero que impiden
realizar actividades normales como el ir al colegio.
o Diarreas frecuentes
sin ir acompañadas de vómitos o fiebres.
4. QUÉ HACER
En los casos de grooming los especialistas recomiendan la denuncia de los
hechos de forma inmediata, ya que en este tipo de delitos no cabe valoración
alguna de los intereses en juego, dada la posición de superioridad mental del
agresor sobre la víctima y la potencial capacidad del agresor para atentar a su
vez contra otros menores.
A pesar de ello, en estos casos, ante la “vergüenza” que pueda sentir el
menor por los hechos que le han sucedido, puede haber acciones intermedias o
menos contundentes y que pueden suponer resultados satisfactorios para la
víctima, como puede ser la aportación anónima de datos y alertas a través de
las páginas web de la Policía Nacional, la Guardia Civil o las policías
autonómicas. En estos canales el trámite se limita a rellenar unos formularios
de contacto anónimos, si bien se procura que se facilite al menos una dirección
de correo electrónico para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se pongan en
contacto, en el caso de que el afectado lo permita.
Una tercera vía de actuación es acudir a las asociaciones, entidades y
ONG’s que tienen como objetivo la protección de los menores o la lucha contra
el ciberacoso. Estas dos últimas vías consisten en facilitar información, no
son mecanismos de denuncia formal.
En el caso de los menores, la denuncia formal la tienen que interponer en
su nombre las personas legitimadas para ello, que son los padres, los
representantes legales del menor o el Ministerio Fiscal en caso de ser alertado
por otras personas (incluido el menor). Así, en el caso de que un profesor u
otra persona llegase a detectar una situación de estas características debería
ponerse en contacto con los padres o responsables del menor para que actúen en
consecuencia, o en caso de ser necesario informar a las autoridades.
La denuncia puede
efectuarse ante tres instancias:
- Policía / Guardia
Civil / Policías Autonómicas: aunque la denuncia se tiene que hacer
de forma presencial, se
puede acudir con el formulario de denuncia cumplimentado:
o Policía:
https://denuncias.policia.es/OVD/
o Guardia Civil:
https://gdt.guardiacivil.es/webgdt/pinformar.php
- Juzgado de Guardia
- Fiscalía de Menores
En este sentido, destaca la importancia de aportar, si es posible en el
mismo momento de denuncia, pruebas del acoso, por ejemplo en forma de conversaciones
grabadas o capturas de pantalla de los mensajes que se hayan recibido, tal y
como se explicará en el apartado siguiente.
Una vez recibida la
denuncia, las autoridades aportarán las pautas a seguir e investigarán el caso
para esclarecerlo y poner al presunto culpable a disposición de la Justicia.
En todo caso hay que
evitar que el menor se sienta culpable por la situación y se debe mostrar la
plena disposición de los adultos a ayudarle a resolver el problema.
5. CONSEJOS PARA HACER
UN BUEN USO DE LA RED
5.1 LABOR DE
PREVENCIÓN EN CASA
El primer paso que hay
que dar para evitar estas situaciones, es el desarrollo de una buena labor de
prevención en tres líneas:
- Enseñando al menor a
utilizar Internet y las herramientas, programas y servicios de
forma segura.
- Educando al menor para que cuente con un sentido crítico a la hora de
aceptar a desconocidos en las redes sociales, juegos online y servicios de
mensajería, y aprenda a configurar las opciones de privacidad que ofrecen estos
servicios para determinar qué información es accesible para los demás.
- Aprovechar la publicación de noticias sobre estos casos en los medios de
comunicación para comentar con el menor por qué suceden estas cosas o incluso
para preguntarle directamente si en algún momento ha sido acosado o si conoce
en su entorno algún caso de estas características.
En relación con la
educación “técnica”, las recomendaciones son múltiples y se centran en:
- Dar a conocer los
riesgos y explicar cómo funcionan las herramientas de protección.
- Recomendar hábitos
como no entrar en páginas que no sean fiables, el uso de
contraseñas robustas y
que se cambien de forma periódica.
- Limitar los horarios
de uso para evitar la dependencia y que entre en conflicto con
otras actividades como
el estudio o las demás actividades de ocio.
- Establecer criterios
de edades para empezar a utilizar los dispositivos (ordenador,
tableta, móvil) y para
acceder a diferentes contenidos y servicios.
-- Tener como referencia servicios como los ofrecidos por INTECO
(www.osi.es) en los que, además de estar al día de las novedades de la
seguridad, hay disponibles de forma gratuita cursos, vídeos formativos y
diferentes tipos de recursos y herramientas.
5.2 CONSEJOS PARA UN
BUEN USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
5.2.1 Decálogo de
seguridad en el uso de Internet
A la hora de educar a los menores en el uso de Internet, es importante
tener en cuenta que esta labor debe estar integrada como una parte más de su
educación y asumirlo como un aspecto más de su vida. Por lo tanto, al “mirar
antes de cruzar” se debe añadir el “piensa antes de publicar” y aspectos como
la importancia y la trascendencia que puede tener la información que se
publica, el concepto de privacidad o el de respeto en la vida virtual al igual
que en la real.
Guía SOS contra el
grooming. Padres y educadores. 9
Además, es fundamental que los padres y educadores sepan cómo funciona
Internet, las aplicaciones o programas que hay disponibles, las formas de
acceso, etc. De esta manera, la orientación en la prevención y en la reacción
ante los problemas que surjan será mucho más efectiva.
Partiendo de este punto, se les debe tener al día tanto de los riesgos que
hay en el uso de las nuevas tecnologías como de las formas de evitarlos
mediante buenos hábitos, herramientas y análisis de las páginas que visitan o
archivos que descargan.
Así, algunos de los consejos que se pueden dar a los padres y educadores en
este sentido, tanto para su actuación directa como para su transmisión a los
menores, se pueden resumir en:
- Establecimiento de
unas normas de uso (en cuanto a horarios de uso, apagar el
móvil en el colegio o al
acostarse, etc.).
- Protección de los
equipos con la instalación de las herramientas de seguridad
adecuadas (antivirus,
firewall, etc.).
- Actualización regular
del sistema operativo y de las aplicaciones instaladas.
- Actualización del
navegador y utilización de extensiones que bloqueen la ejecución
automática de programas
y funciones en la web (scripts).
- Establecer un mecanismo de alerta ante el acceso a contenidos
inapropiados o peligrosos, ya sea mediante la educación de los menores o
mediante la instalación de una herramienta de control parental que realice
estas funciones.
- Tanto la instalación de herramientas de seguridad como la actualización y
el establecimiento de filtros en el acceso a contenidos inapropiados se deben
tener en cuenta en todos los dispositivos, incluyendo los teléfonos móviles y
las tabletas.
- Elegir contraseñas
seguras y diferentes para cada servicio de Internet.
- Desconfiar de los mensajes extraños que se puedan recibir a través de las
redes sociales y otros servicios, sobre todo si incluyen un enlace para acceder
a otro contenido y especialmente si se pide introducir datos personales en
formularios dudosos o sospechosos. También hay que desconfiar en caso de que
provengan de contactos conocidos, ya que estos contactos pueden estar
infectados por malware.
- Si la conexión a Internet se realiza a través de redes inalámbricas
(wi-fi), se deben cambiar las contraseñas que el router tenga por defecto y
establecer otras más seguras. Además, no se recomienda utilizar el cifrado WEP
porque es vulnerable y por tanto es una barrera de seguridad fácilmente
superable por los atacantes. Si es posible, es mejor utilizar un router que
pueda ser configurado para que solo se puedan conectar determinados dispositivos
que se seleccionen. También hay que tener mucha precaución con las redes
inalámbricas abiertas, y la información que se intercambia con este tipo de
conexión, ya que podría ser accesible para otras personas.