La entrada de este viernes se centra en la inteligencia; esa capacidad tan preciada y valorada por nosotros
y que nos gustaría que formara parte de la vida de nuestros hijos e hijas. La
inteligencia, es compleja, de hecho hasta hace poco se ha centrado en las
capacidades numéricas, lingüísticas y espaciales, sencillamente porque son éstas,
las capacidades que se utilizan en la resolución de los problemas técnicos.
A lo largo de los años, diversas
teorías de representantes de la psicología, la medicina y otras disciplinas han
intentado desglosar los factores que influyen en el desarrollo de esta
capacidad. Nos encontramos con variedad de teorías como las de Thurstone
que habla de Habilidades primarias (1938),
pasando por muchos otros autores con aportaciones muy interesantes, hasta
llegar a Howard
Gardner y su
Teoría de las Inteligencias Múltiples (1983) y Goleman que introduce el
término de Inteligencia emocional (1995) que sería otra dimensión de la inteligencia.
Howard
Gardner, es un revolucionario en el ámbito de la inteligencia, que se planteó el por qué se habla de la música como un talento y las matemáticas como inteligencia, es decir, ¿por qué debemos llamar inteligentes a las personas
buenas con los números y sólo talentosos a aquellos que dominan el tono, la
armonía y el timbre?. Tras esta reflexión, presentó su teoría en la que define la inteligencia con múltiples dimensiones, concretamente Gardner habla de ocho dimensiones. Posteriormente, Goleman hablaría de una dimensión más, la emocional.
A continuación en el siguiente cuadro, se habla de gustos y aspectos en los que destacan las personas en función de la dimensión de la inteligencia que poseen más desarrollada:
A continuación en el siguiente cuadro, se habla de gustos y aspectos en los que destacan las personas en función de la dimensión de la inteligencia que poseen más desarrollada:
Cada niño/a puede destacar en una dimensión por encima de la otra, o en varias, ¿qué
podemos hacer cómo padres cuando estemos con nuestros hijos e hijas y queramos ayudarles
en el estudio?. Plantearles actividades que pongan en marcha aquellas dimensiones en la que más
destaquen. De esta forma estarán más motivados hacia el aprendizaje y éste le
resultará más fácil.
Por ejemplo, estamos en casa ayudándoles a comprender el Sistema Solar y nos planteamos una actividad o la
combinación de varias para alcanzar nuestro objetivo, así para la:
Dimensión
Lingüística: Se puede plantear un cuento o narración (en función de la edad), que hable
de un astronauta y un viaje espacial por todos los planetas que forman nuestro Sistema
Solar. De esta forma, los niños cuyo predominio sea esta dimensión, les resultará más fácil el aprendizaje a través
de este tipo de actividad.
Dimensión Lógico-matemática: Centrarse en el Sistema Solar utilizando conceptos geométricos y diámetros para
conocer los planetas.
Dimensión Viso-espacial: Se puede
trabajar el Sistema Solar con la utilización de cartulinas, en las que se
recorta y pegan círculos concéntricos de diferentes colores y tamaños, que
representen los planetas, a fin de identificar las diferentes partes del Sistema
Solar.
Dimensión Motora-Quinestésica: Cada miembro de la família representa cada uno de los
planetas y realiza los movimientos o situación del planeta con respecto al Sol. O
sencillamente construir una maqueta.
Dimensión Musical: Al compás
de la música o a través de canciones aprenderse los nombres de los planetas de
nuestro Sistema Solar.
Dimensión Intrapersonal: Hablar o
escribir una historia sobre qué cosas haría si fuera el Sol y pudiera controlar
los planetas de nuestro Sistema Solar
Dimensión Interpersonal: Se puede fomentar
el trabajo colaborativo, tras la lectura de un
material sobre el tema, contestar en familia algunas preguntas, como si de un juego se tratara.
Dimensión
Naturalista: Pueden clasificar los diversos elementos naturales
que se encuentran en cada uno de los planetas: rocas, agua.
Más general, en la siguiente tabla aparecen más ideas para trabajar las Inteligencias Múltiples.
Más general, en la siguiente tabla aparecen más ideas para trabajar las Inteligencias Múltiples.
Por otro lado, recordando personas
que conocemos, encontramos personas que han llegado al éxito en sus
vidas aunque no destacaban por su inteligencia, parece que poseen un don
especial que les permite afrontar contratiempos, dificultades y superar
obstáculos. Y es que analizan y viven la vida con lo que Goleman define como Inteligencia Emocional, una dimensión más de la inteligencia, también conocida como Inteligencia Social.
Se trata de aquella capacidad para tomar conciencia de las emociones propias y ajenas, así como la habilidad para regularlas, de manera que la persona es capaz de tolerar las presiones y frustraciones que soportamos a diario, acentuar su capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que les brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
Se trata de aquella capacidad para tomar conciencia de las emociones propias y ajenas, así como la habilidad para regularlas, de manera que la persona es capaz de tolerar las presiones y frustraciones que soportamos a diario, acentuar su capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que les brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
Con ello, Goleman presentó una teoría también revolucionaria que hizo tambalear los conceptos clásicos de la psicología, que daban prioridad al intelecto.
¿Podemos ayudar a nuestros hijos en este tipo de inteligencia?. Por supuesto:
- A través de juegos que fomenten las conversaciones
sobre las emociones.
- Animándoles a que expresen sus emociones y
sentimientos con palabras.
-Ayudándoles a identificar sus emociones y a ponerles
nombre.
- -
Enseñándoles a escuchar con atención, evitando la
emisión de juicios de valor sobre lo que escuchan.
Para practicar estas acciones contamos con cuentos, películas que permiten trabajar con los niños y niñas las
emociones. Además de programas específicos para trabajar la Inteligencia Social y Emocional.
Los defensores
de la Inteligencia Emocional, hablan de que el coeficiente intelectual (CI)
contribuye con apenas un 20% en nuestro éxito en la vida, mientras que el 80%
restante es el resultado de la inteligencia emocional, que incluye factores
como la habilidad de automotivación, la persistencia, el control de los
impulsos, la regulación del humor, la empatía, etc...
Para terminar, os dejamos un vídeo de una entrevista muy interesante de Eduard Punset a Howard Gardner sobre Inteligencias Múltiples. En el programa Redes.