viernes, 27 de marzo de 2015

HABLAR CON NUESTROS HIJOS

En muchas ocasiones, nos gustaría que nuestros hijos nos contaran con "pelos y señales" lo que han realizado durante el tiempo que pasan en la escuela. Sencillamente, porque es una forma más, de conocer a nuestros hijos en otro ambiente diferente al que viven con nosotros en familia. Y la tendencia general, es la de preguntar "¿cómo te ha ido el colegio?, ¿qué has hecho hoy?". generalmente al principio los niños nos suelen dar detalles (aunque claro está, ello dependerá de lo abiertos que sean nuestros hijos, pues hay niños que no cuentan nada, y otros que prácticamente no paran de hablar).

La cuestión es que con el paso del tiempo, la pregunta se vuelve rutinaria y ante la misma pregunta, recibimos una breve respuesta como "bien". En otras ocasiones somos los padres, los que parece que no tengamos tiempo para preguntar a nuestros hijos cómo les ha ido el colegio, bien porque llegamos cansados del trabajo o porque estamos inmersos en otras tareas o sin ir más lejos, porque no esperamos por parte de nuestros hijos respuestas demasiado interesantes.

Algunos padres, pueden pensar que preguntar a los niños todos los días sobre estos temas puede ser una invasión de su intimidad, pero realmente lo que estamos haciendo es crear un clima de confianza  basado en la comunicación, en el que los niños ven que son un elemento importante, dado que los padres, se interesan por sus cosas. De la misma forma que a nosotros nos resulta agradable, que nos pregunten cómo nos ha ido el día, pues, nos hace sentirnos valorados. 

Durante la infancia, es fundamental dedicar un espacio de nuestro tiempo a interesarnos por las cosas de nuestros hijos, dado que nos ayudará a preparar el camino para esa etapa tan compleja que es la adolescencia.

Para salir de la rutina, y evitar que nuestros hijos ofrezcan resistencia a contestarnos, busquemos otras formas de formular la pregunta, evitemos el "cómo te ha ido el colegio", que normalmente da lugar a una respuesta en la mayoría de ocasiones dicotómica como es  "bien o mal".

A continuación os dejamos un listado de posibles preguntas, que podemos formular a nuestros hijos, claro está en función de sus edades y que nos pueden ayudar a crear ese clima de confianza basado en la comunicación. Algunas darán lugar a respuestas escuetas, pero otras pueden ser formas de comenzar pequeñas conversaciones que pueden resultar muy interesantes:
  • ¿Cuéntame si hoy ha pasado algo en la escuela que haya sido divertido o te haya hecho reír?
  • ¿Cuál es el mejor lugar de la escuela?
  • ¿Hay algo que te haya parecido aburrido?
  • ¿Con quién te gustaría sentarte y con quién no te gustaría nada sentarte? Por supuesto, luego se puede preguntar ¿por qué?
  • Comenzar contando alguna anécdota nuestra, del día y preguntar si les ha pasado algo interesante a ellos.
  • ¿Qué habéis aprendido hoy?, ¿os ha gustado?
  • Si una nave espacial, aterrizará en el colegio, ¿a quién te gustaría que se llevará?
  • ¿Si mañana fueras el/la profesor/a qué harías en clase?
  • ¿Cuál es la palabra que más se repite en clase?
Estas preguntas podrían ser algunas de las sugerencias que nos pueden permitir salir de la típica pregunta cotidiana, con la que se encuentran nuestros hijos a la salida de la escuela. 

Por otro lado, es fundamental que aprendamos a escuchar a nuestros hijos, sin interrumpirles, se trata de practicar lo que se conoce como la “escucha activa”, haciéndoles ver que nos interesa lo que nos cuentan. Pues, nosotros como adultos, confiamos nuestros sentimientos, y problemas sólo a aquellos que sabemos que realmente nos prestarán toda su atención y nos escucharán más allá de las palabras. 

A los niños y a los adolescentes les ocurre lo mismo. Y cuanto más pequeño es el niño, más necesita que prestemos  atención a sus conflictos cotidianos por mucho que a nosotros, en ocasiones, nos parezcan insignificantes.

Para finalizar, os invitamos a reflexionar sobre el tiempo que dedicamos a nuestros hijos a la hora de entablar conversaciones. Y no nos referimos a resolver conflictos diarios sobre los deberes o el comportamiento, si no a conversaciones más o menos triviales, que nos permiten acercarnos afectiva y emocionalmente a los niños, y que nos ofrecen la oportunidad de disfrutar de su compañia, sin estar pendientes del tiempo.

Os dejamos un vídeo, que muestra la buena voluntad de una madre que escucha a su hijo, pero que nos deja un mensaje: "no nos podemos conformar con una simple conversación".