sábado, 1 de marzo de 2014

Siete enfermedades mentales derivadas de la Era de Internet



Está claro que la llegada de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación a nuestras vidas nos ha aportado múltiples ventajas siempre que su uso esté asociadas a un manejo adecuado y responsable de todo lo relacionado con la era tecnológica que estamos viviendo. Y es que la conexión permanente a Internet, a las redes sociales, a los servicios de mensajería instantánea es parte de la cotidianidad. Sin embargo, el uso de las mismas ya dejan su secuela en la vida humana: De hecho, un estudio revela que existen al menos siete enfermedades mentales, aceptadas por la comunidad médica, vinculadas con el uso de la nuevas tecnologías, según ha publicado el portal de tecnología TechHive.

- Nomofobia: Es el miedo a no tener móvil. Este temor puede aparecer por diversas causas o bien porque lo hemos olvidado en casa, por quedarnos sin batería o por pensar que lo hemos perdido. En definitiva esta situación genera un estado de ansiedad en la persona que vive dicha situación de una forma irracional.


- Síndrome de la llamada fantasma: Es probable que te haya ocurrido. Sientes una vibración en el bolsillo y crees que alguien te está llamando. Pero no. No hay llamada perdida ni mensaje. A veces... ¡no hay ni siquiera teléfono! El 70% de los usuarios de móviles aseguran que han tenido alguna vez esa sensación. Según los expertos, se debe a un mecanismo de respuesta de nuestro cerebro. “Hemos creado nuestro mundo social atado a este cajita en el bolsillo. Por lo que cada vez que sentimos alguna señal en la pierna se obtiene una explosión de neurotransmisores de nuestro cerebro que puede causar ansiedad o placer”, dice el doctor Larry Rosen, autor del libro iDisorder.


- Depresión por Facebook: Un estudio de la Universidad de Michigan demostró que existe relación entre la depresión de personas jóvenes y las horas que pasaban interactuando en Facebook. ¿Cómo es posible? En Facebook, la gente muestra la parte más bonita de su vida (las mejores fotos, los viajes que ha realizado, de fiesta con sus amigos/as). Algunos jóvenes piensan que ellos no tienen nada de eso, que no han visitado lugares bonitos o que no disfrutan de la vida como sus amigos de Facebook. Piensan que todo el mundo lleva una vida más exitosa que la suya. Y se deprimen.


- Cibermareo: Se trata de la sensación de mareo y desorientación que produce jugar a videojuegos de realidad virtual durante mucho tiempo. A la hora de “salir” del juego y volver al “mundo real”, se producen desorientaciones y mareos.


- Efecto Google: Gracias al servicio de este buscador, ya no hace falta memorizar tantos datos, dado que esta información, se encuentra en internet y está al alcance de todos en un momento determinado. Por tanto, no hay necesidad de memorizar, implicando que seamos más perezosos para trabajar la memoria, lo que puede afectar a nuestro rendimiento intelectual para determinadas actividades.


- Ciberhipocondria. Seguramente en más de una ocasión antes de ir al médico habrás buscado enfermedades asociadas a determinados síntomas que padeces. Pues bien, tras la lectura de artículos en Internet relacionados con problemas médicos, nos encontramos con personas que creen estar gravemente enfermos al primer síntoma, por ridículo que sea, debido a que han leído artículos en Internet que relacionaban su síntoma con una enfermedad grave. ¿Dolor de cabeza? Tumor cerebral. “Internet puede exacerbar sentimientos existentes de la hipocondría y en algunos casos provocar nuevas ansiedades”, advierten los expertos.


- Adicción a los juegos online: Es una de las enfermedades de la Era de Internet más habituales. Existen bastantes datos en este sentido: El 40% de los 12 millones de jugadores de World of Warcraft es clínicamente adicto a internet y en países como Corea incluso se ha tenido que regular el horario de los juegos online por ley. Así, el parlamento coreano ha promulgado la conocida como Ley de Cenicienta, que corta el acceso a los juegos online a los usuarios menores de 16 años entre las doce de la noche y las seis de la mañana. Y es que el 8% de la población de entre 9 y 39 años de edad de este país asiático sufre adicción a los juegos online. La OMS todavía no reconoce oficialmente la adicción a los juegos online como una enfermedad mental, pero UNICEF ya ha alertado del problema. Además, existe una variante más general que la adicción a los juegos online, que es la adicción a Internet. La necesidad de estar conectados en todo momento puede ocasionar graves problemas en el día a día y provocar alteraciones sociales importantes.  

A las publicadas por el portal de tecnología TechHive, habría que añadir, una nueva adicción, la de la mensajería instantánea a través de los servicios de Whatsapp, Telegram.. en las que también está presente la “vibración fantasma” Este tipo de servicios tiene una serie de ventajas, pero también “posee un potencial adictivo alto”, explica José Antonio Molina del Peral, psicólogo experto en adicciones y director del centro Psicohealth. Así, esa sensación de la «vibración fantasma» no dejaría de ser un “síntoma del síndrome de abstinencia, de obsesión y de miedo a perder el control”. Y es que, como puede ocurrir con el alcohol,”hay quien hace un uso controlado de estas tecnologías”. Sin embargo, existe una «barrera peligrosa» que no debe traspasarse: es la de aumentar cada vez más el tiempo que se invierte en el móvil para tener más satisfacción, ello interfiere en áreas de la vida personal.


¿Cómo pueden los padres detectar un uso irracional o abusivo de esta aplicación? Señales de alerta.
Esta es la lista de síntomas que indican que se es un adicto a WhatsApp, o por lo menos que se hace un uso demasiado obsesivo de la aplicación:
• Está pendiente todo el rato de recibir nuevos WhatsApp.
• Mira de forma obsesiva el ‘doble check’ para ver si los mensajes enviados se han leído.
• Padece el síndrome de las ‘vibraciones fantasma’
                                                                                         Fuente. Red.es