viernes, 28 de marzo de 2014

Educando en valores



En esta entrada del Blog, queremos hablaros de algo que por desgracia, pierde  importancia en nuestra sociedad  y que es fundamental para vivir en armonía y en perfecta convivencia, LA EDUCACIÓN EN VALORES.

Valores
  Pero, ¿qué son los valores?, son los principios que orientan nuestro comportamiento, son  reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarmos, y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. En este ámbito, podemos encontrar grandes diferencias y es que como seres individuales, cada uno tenemos preferencia por unos valores frente a otros, o sencillamente diferentes concepciones sobre el mismo valor. 

Por poner un ejemplo, en el  caso del valor de la responsabilidad, que implica  asumir las consecuencias de todos aquellos actos que realizamos en forma consciente e intencionada, para unas personas puede tan sólo abarcar los actos realizados, pero para otras, ser responsable puede implicar también acciones no realizadas, es decir, ser responsable de la omisión. De ahí, la complejidad de esta tarea de educar en valores.

       Y es que un niño cuando nace, ni es bueno ni es malo, sino nosotros los padres, los educadores y todos aquellos que interactuamos con ellos, seremos el referente para el aprendizaje de determinados valores, incidiendo en dicha condición. Reflexionemos por un momento, en qué valores estamos transmitiendo en el seno de nuestra familia y si estos son positivos o negativos: altruismo, materialismo, egoísmo, respeto….. No basta con decirle a un niño lo que es correcto o no, puesto que tanto padres como educadores tenemos una importante responsabilidad: practicar con el ejemplo, dado que los niños aprenden por observación, imitando nuestras conductas. Analicemos pues, como nos comportamos delante de nuestros hijos, en las relaciones con otras personas, en cómo pedimos las cosas, si somos tolerantes o por el contrario somos elitistas, si somos pacientes… Y no les pidamos a ellos, lo que nosotros no hacemos o no somos capaces de hacer.



      La transmisión de valores en el seno de la familia es difícil porque nos vamos a encontrar con elementos que nos van a complicar bastante esta tarea. Uno de tantos, es la televisión, sinceramente no concibo ya vivir sin ella porque nos mantiene informados, proporciona entretenimiento, ocio y el disfrutar de buenos momentos.
     Pero, no sólo aporta ventajas también posee una serie de inconvenientes que debemos tener presente. Nosotros como personas adultas poseemos la madurez necesaria para valorar de una forma objetiva  la programación diaria de las diferentes cadenas sin dejarnos influir. Sin embargo, los niños y adolescentes necesitan una orientación ante el poder de influencia tan enorme que tiene la publicidad o determinados programas que se encuentran en la actualidad en las cadenas de televisión. Sí, la televisión junto a otros medios de comunicación, se ha convertido en una fuente de transmisión de valores para nuestros hijos, inculcando:
  •  La belleza y el culto al cuerpo como fuente de éxito personal. Son los mensajes que transmiten la publicidad y muchos programas de televisión.
  •  El sobrevalorar la juventud frente a la madurez de la etapa adulta. De hecho, prima la presencia de presentadores o conductores de programas jóvenes frente a personas maduras.   
  • La fama como herramienta para conseguir el éxito fácil, en ocasiones compartiendo parte de su intimidad. Vendiéndonos una forma de vida que no requiere esfuerzo, ni tampoco mucha moralidad. 
  •  La falta de ética en programas que se dedican a hablar o criticar públicamente a otras personas, contando sus intimidades.


      Todo ello, influye en la transmisión de valores. Por ello, meditemos sobre qué valores deseamos inculcar a nuestros hijos y en qué clase de personas queremos que se conviertan. Debemos pues, orientar a los niños desde bien pequeños sobre los programas  adecuados en función de su edad, seleccionar programas que transmitan valores intelectuales, éticos (tolerancia, respeto, solidaridad…) y de espíritu crítico. Ahora bien, el adolescente debe poseer la autonomía de elegir los programas que desee y nosotros debemos sentarnos junto a él para ver cuáles son sus intereses y qué contenidos ve, siempre claro que esto sea posible porque:
  • Tanto niños como adolescentes pueden tener dificultades para diferenciar bien la realidad de la ficción y hay que clarificar estas situaciones.
  • Hay mucha violencia en televisión, mezclada con historias de héroes, buenos y malos, que estimulan conductas agresivas en niños y adolescentes.
  • Hay que evitar programas saturados de violencia y agresividad, y explicar lo que ocurre en la pantalla y por qué.
  •  Es necesario aprovechar el ver los programas con ellos para tratar lo visto desde un punto de vista crítico y evitar una actitud pasiva, limitada a “absorber contenidos sin más”.


  •  Y por supuesto practicar con el ejemplo. 

    A continuación os dejamos enlaces a varios cortometrajes que nos ayudarán en la transmisión de valores en nuestro hogar, versan sobre la amistad, la solidaridad, el trabajar en equipo.. Pulsa sobre el nombre para poder visualizarlos. 

    CUERDAS: El guionista y director Pedro Solís García dirige esta pequeña obra de arte que ha sido premiada con el Goya 2014 al Mejor Cortometraje de Animación. La ternura, la amistad, la inocencia o la generosidad son algunos de los valores tratados.
EL VENDEDOR DE HUMO: Para reflexionar sobre el consumismo, la picaresca, cómo en ocasiones le damos demasiada importancia a las apariencias…

EL HOMBRE ORQUESTA: Pixar recoge la importancia de trabajar en grupo. Asimismo, refleja que las rivalidades no siempre son buenas, en especial cuando son llevadas al extremo y esto implica dañar al resto de compañeros.






PIPAS:  Refleja la importancia de aprender y muestra el fracaso escolar de la sociedad a través de la mirada de dos chicas jóvenes. Para adolescentes.